La orden de los franciscanos, fundada por San Francisco de Asís en la Europa del siglo XIII, fue la primera en llegar a México en 1524, hecho que marcó el inicio de la evangelización en Nueva España. Desde su sede en el Convento de San Francisco de la Ciudad de México, los frailes de la Ordo Fratrum Minorum crearon una vasta red de colegios y misiones que se extendió hasta los confines del virreinato. La presencia de los franciscanos fue particularmente relevante en las zonas del norte, siendo la única orden religiosa presente en Nuevo México (hoy Estados Unidos), donde fundaron una nueva provincia en 1616: la Custodia de la Conversión de San Pablo. El canto llano, la polifonía y el órgano constituyeron pilares de la práctica musical franciscana, empleados como poderosas herramientas de catequización. Basándose en fuentes musicales inéditas conservadas en México y Estados Unidos, este concierto ofrece una muestra de los repertorios franciscanos cantados en las peligrosas tierras de frontera, a quinientos años de su llegada al Nuevo Mundo.